La única publicidad que es permitida son las tarjetitas, así que son cientos de miles de tarjetas de cartulina con las promesas de campaña y mini curriculum las que son distribuidas en unas cuantas semanas de campaña política, de mano en mano los ciudadanos hongkonenses comienzan a recibirlas y desde hace poco se han convertido en una verdadera obsesión, el objetivo de muchos no es enterarse de lo que prometen, el objetivo es tener todas las variantes, fotografiarlas y subirlas a sus cuentas de instangram.
La competencia por obtener las series completas a llegado al grado de la falsificación, lo que directamente beneficia a los candidatos menos conocidos o con menos capital político. Este tipo de campaña ya permeó entre todas las organizaciones políticas y sociales del territorio. En la ilustración muestro una colección muy incompleta de los candidatos a integrar el subcomite de salud tradicional (es el presidente quien es nombrado concejal y por eso su importancia).
Pasar por Hong Kong durante el tiempo de campañas políticas es una experiencia sin igual, es un tiempo de armonía por que todos quieren quedar bien y por consiguiente se puede observar a los candidatos ordenas y haciendo sus campañas casi en cada esquina repartiendo sus tarjetitas.
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