miércoles, 11 de julio de 2012

Comprando en Lyon


Tuve la oportunidad de ir a negociar la compra de maquinaria a la gran ciudad de Lyon en el centro del Valle de la Rhone en Francia, el principal objetivo fue llenar todo un contenedor de fresadoras, rectificadoras y tornos para la metal mecánica, ya con anterioridad ya había tomado contacto con una bodega de venta de maquinaria que era propiedad de una gran familia dedicada a la reventa desde finales de los ochentas, en la anterior ocasión no pude comprar nada, ya que mi presupuesto lo había agotado en Italia, pero en este viaje a finales del 2005 esta gran bodega en el barrio industrial de Vaulx-en-Velin estaba en la mira y me dieron instrucciones de traer todo lo que pudiera. Comprar maquinaria usada tiene sus secretos, no solo la negociación del precio es la clave, la verdadera raíz del negocio es establecer certeramente el estado de cada una de las maquinas que se meten en el contenedor y que finalmente terminan en México, no solo es deducir los gastos del viaje a las ganancias, simplemente la capacidad y la velocidad de la reventa es lo que hace que cientos de inversionista y sus compradores viajen constantemente a Europa Central y a Europa del Este en búsqueda de tesoros descompuestos.
En México valoramos mucho la maquinaria europea y denostamos a la hecha en China o en Estados Unidos, pero en realidad, comprar maquinaria usada para mí fue como regresar en el tiempo a los fines de semana con mis padres viendo antigüedades y chácharas en la Laguinilla, recuerdo con gran alegría esas caminatas y esos paseos.

El primer día en la bodega fue sábado, así que solo medio día pude dar una vuelta completa analizando, anotando y viendo cada unas de las maquinas, muchas les tome fotografías y otras tantas tome hasta su numero de serie y las placas indicadoras, busque las marcas en internet, revise mis listas de búsquedas, todo termino a las tres de la tarde, la administradora y principal vendedora de la bodega (e hija menor del socio principal y copropietario) me invito a cenar a una cuscusería muy famosa en el centro antiguo de Lyon, donde se tiene que reservar con muchísima antelación. La cita fue a las 8 de la noche y la cena fue exquisita con muy buena plática muy amena, me acompaño una chica bellísima que conocí dos años antes y a mi anfitriona la acompaño el que unas horas antes pensé que era un atento empleado y que resulto ser su esposo. En esta cena de negocios no se trataron los negocios, la plática finalmente giro en mi francés y de lo chistoso que es mi acento y de como me abstengo de conjugar verbos en inglés, a los tres les enseñe a decir groserías mexicanas en español.

El domingo como toda Europa no se hace nada, recuerdo bien y según mis notas de viaje, anduve en las tiendas, librerías y tome mucho vino de Côtes du Rhône que su sabor fresco, frutal y muy pero muy barato, los que más me gustan son los de la Drome de Crianza.

El lunes ya tenía una idea de que comprar y después de concretar una lista sobrada comenzamos el regateo en los precios, hubo un problema con un milling machine que hacía engranes helicoidales, casí tres horas para llegar a un acuerdo y como 20 llamadas a México..

Finalmente llenamos un contenedor y me quedo dinero para comprar un par de inyectoras de plástico en el puerto de Dusseldorf en Alemania y todo en una semana de viaje.